martes, 5 de septiembre de 2017

Conversaciones Internas. El Intruso

Hola, soy Domi. Represento al grupúsculo que conforma la parte salvaje de Laura y hoy he venido a denunciar su secuestro y mi desesperación.
Mi desesperación, porque fui testigo impotente del momento en que acaecieron los hechos.
Hechos que relato a continuación mediante reconstrucción fidedigna para información de quien la tenga en estima:

- Laura, ¿puedes venir un momento al jardín?
- ¿Qué pasa, Domi?
- No me digas que no estás notando nada.
- Mmm... no, todo lo siento como siempre.
- ¿Y no estarás ignorándolo?
- ¿El qué?
- Ven y mira. ¿Tú sabes qué es esa cosa con forma de mi*rda gigante que se está comiendo las flores del Jardín de la Creatividad?
- ¡Anda, pero si es INO! Hacía un montón de tiempo que no le veía.
- ¿INO?
- ¿Cómo puedes decir que INO tiene forma de mi*rda gigante?, ¡qué exagerada eres, Domi! Para mí se parece más a la Montaña de Basura de los Fraggle.
 

 - Pero ese INO, ¿qué es?
- Pues es un ente curioso, la verdad, y hasta hoy creía que era más tímido. Nunca ha llegado a acercarse tanto… Sólo sé su nombre y que solía gritarme cosas desde el otro lado cuando el jardín no era más que barbecho.
- ¿Y qué te decía?
- No le entendía muy bien. Que si nosequé de una Directiva de Aguas, o que si la eutrofización de los embalses, los programas de vigilancia de calidad de los ríos… Un día lanzó desde lo lejos un ejemplar de la Constitución Española, no sé para qué. Me la encontré bastante ajada mucho tiempo después entre los jaramagos y las ortigas autolimitantes.
 -Y ¿se te ocurre algo, Laura? No podemos permitir tanto destrozo.
- Me da un poco de respeto. Si te soy sincera, a pesar de lo desagradable que es, siempre he tenido una rara atracción por él. Me resulta interesante en su pestilencia.
- Esto… perdonad que me meta en la conversación pero, ¿no has pensado que ya va siendo hora de intentar un acercamiento serio? Si lo dejas va a terminar con el Jardín de la Creatividad(jijiji)*.
- Pues tal vez tengas razón, voy a ver si me entero de una vez de lo que quiere. Enseguida vengo.
- ¡Espera Laura! ¡Quizá sea peligroso! Además tienes que recolectar del parterre trescientos escritos que sembraste hace una o dos temporadas.
- Déjala, déjala que vaya, no tengas miedo.
- Pero ¿quién eres tú?
- Soy Conveniencia, último eslabón de una larga estirpe de entidades… precavidas.
- Entonces, ¿por qué le has dicho que vaya a hablar con ese engendro si tan precavida eres? ¿Y si la mata?
- ¿Quién, INO?
- ¿También lo conoces?
- Mi familia me ha contado maravillas de las entidades de su especie.
- Pero ¿qué ha venido a hacer aquí? No me parece que esté haciendo cosas inocentes precisamente.
- Jajajaja, ¡que no se llama Inocente!
- ¿…?
- INO es una Imperiosa Necesidad de Opositar y nuestra querida Laura (espera que lo compruebe…) sí, mira, ya está hablando con él.
- Pe, pe, pero… ¡NO! LAURA VUELVE, NO TE ACERQUES MÁS.
- Demasiado tarde, pequeña, están empezando a realizar el Acto Administrativo, cuyo Procedimiento provocará en Laura una profunda ensoñación de la que no despertará hasta que la materia de la que se compone INO penetre como un virus en sus intersticios neuronales.
- ¡Santo Cielo, pero esto es una catástrofe! LAURA, VEN AQUÍ. ¿QUÉ PENSARÍA THOREAU DE TI SI VIERA QUE VAS A SER MUCHO MÁS CÓMPLICE DEL SISTEMA?
- No te desgastes, Domi.
- LAURA, SAL DE AHÍ, POR FAVOR. ¿NO VES QUE CUANDO ESCRIBES CONVERSACIONES INTERNAS ES PORQUE NO ANDA MUY BIEN TU ESTADO MENTAL?
- Domi, ya no te oye, lo siento. Pero no desesperes, no lo veas como si fuera mi*rda, míralo más bien como… abono. Sí, abono para el futuro.
- El futuro no existe, sólo existe el presente. Cómo se nota que no has leído nada de Taoísmo ni de crecimiento personal…

 ******

Y eso fue lo que ocurrió. Ahora Laura se pasa la mayor parte del tiempo rebozándose con INO. Por lo menos el muy bruto ha dejado de devorar flores desde que están juntos. ¡Pero como que me llamo Indómita que nuestro vergel no se va a secar!: cada vez que la bestia la deja un poco libre, lanzo con disimulo unas cuantas semillas en el arriate del teatro o corro a regar el árbol del Bailongo. Y esto no está muy bien pero hago que le duela la espalda para que no se olvide de practicar yoga.
Yo sé que en el fondo lo agradece pues escucho su risa siempre que echo a volar dientes de león con el fuelle de Ilustres Ignorantes.
Todo porque no mueran. Ni ella ni el jardín.
Por mí que no quede…



  
* Risilla emitida por lo bajini.

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