domingo, 6 de marzo de 2016

Nada (escena segunda)


Una pulsión me lleva a coger el boli para ver qué tengo que decirme.
Estoy bien aquí. Sábado por la mañana, yoga, buen desayuno y vuelvo a la cama. No necesito ninguna excusa para hacerlo. Me duele el pie pero no lo suficiente como para quedarme en reposo. Tampoco estoy demasiado cansada, ayer trasnoché pero no fue para tanto. Simplemente decido quedarme entre las sábanas de invierno. Hoy no quiero ir a comprar, ni limpiar, ni cocinar, ni planear... Me quedo aquí, así, inmóvil, mirando de reojo el cielo azul y la luz nueva que atraviesa la persiana.
La felicidad es girarme sobre el costado izquierdo, alcanzar uno de los cuadernos, mi bolígrafo favorito y responder a esta pulsión, a este acto animal de escritura... sin tener nada que contarme.


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