viernes, 14 de noviembre de 2014

¿De ÉSTO se puede escribir en el blog?

Pues no sé, vamos a ver, me respondo. De momento, he escrito el título y llego a la segunda línea sin que el ordenador me haya hecho ningún extraño. Pero claro, tampoco sé yo si la intención de escritura tiene la suficiente materialidad como para que la fuerza de los elementos se percate y descargue su furia sobre mi persona.
Prosigo pues y me meto de lleno en el ajo.
Ayer estuve en misa.
Desde hace algunos años cuando voy a misa es para asuntos que se encuentran en los extremos opuestos de la escala de la alegría. O a bodas o a entierros.
Por desgracia, ayer tocó lo segundo.
La poca frecuencia de mi asistencia al rito religioso hace que, ya que estoy allí, me ponga a escuchar lo que dice el cura. Confieso que hace unos años me proponía lo mismo pero el discurso tenía la propiedad de hacer que, aun sin terminar el primer minuto, mi atención ya anduviera dando saltos desde la chaqueta de la señora que tenía sentada delante, al peinado de la de al lado, a lo que estará pensando aquél tan alto o en lo que hará con su vida ese otro… Y así hasta que nos daban el aviso de que había que ponerse de pie para seguir con el ritual.
Pero hete aquí que desde que ando metida en asuntos espirituales, y no hace falta para ello vestir el atuendo de monja o meditar en una cueva o tocar los crótalos sino simplemente tener una inquietud y leer un poquito sobre el tema, me da por escuchar con atención cada vez que voy y, sin querer, me pongo a contrastar los mensajes.
Imagino que no todos los curas serán iguales así que este escrito va dirigido únicamente a mi experiencia concreta y puntual de ayer.
En un mono-tono del que obviaré la crítica porque lo de la expresividad es algo inherente a la persona, el cura nos leyó un evangelio que versaba sobre una conversación entre Jesús y sus discípulos en la que les decía que el reino de Dios está dentro de ellos y que, por ende, no esperaran que dicho reino fuera a llegar en medio de grandes alharacas. Más o menos ese es el resumen.
Después llegó la homilía y lejos de aclarar el mensaje que, a mi entender, es en lo que esto consiste, se puso este hombre a repetir una y otra vez lo que decía el evangelio. Que venga con que el reino de Dios lo tenemos dentro y otra vez con el reino de Dios, que si deja que el reino de Dios entre en ti. Que si el reino de Dios, esto; que si el reino de Dios, lo otro. Y yo pensando, como decía Joaquín Reyes en su memorable Testimonio de Tachenko: “dímelo otra vez, anda: dímelo otra vez”. Y es que, no porque me lo repitas más veces me voy a enterar mejor de lo que me estás contando.
En ese momento me puse a mirar a la gente que me rodeaba y todas las caras tenían una expresión que me era familiar. Era mi propia expresión bastantes años antes, aguantando el chaparrón de la homilía, esperando a que pasara, fijándome en quién ha venido, pensando en lo que haría después… lo que sea salvo escuchar. Porque te prometo que si hubiéramos estado escuchando, muchas cabezas se habrían vuelto a un lado y a otro buscando complicidades y similares gestos de extrañeza o incluso se habrían levantado manos para solicitar turno y consultar dudas.
Y es que, ¿cómo voy a reconocer el reino de Dios, señor mío, si la iglesia no me aclara qué es Dios? ¿Y cómo voy a saber si tengo dentro el reino de Dios si no me está explicando lo que es el reino de Dios?
Que no es este post para dármelas de lista… es algo así como una denuncia o un feedback de mejora para la iglesia*. Perdón, para este cura en concreto. Quizá nadie le ha dicho que no se le entiende y que su mensaje es bastante confuso. Es sólo esa mi intención. Dejo aparte la opinión que tengo sobre esta institución.
Al alcance de todos están otras formas de explicar la espiritualidad, por otra parte, necesaria para mi persona. Espiritualidad, así en genérico.
Sinceramente, no sabría definir muy bien el término pero estoy convencida que tiene que ver con resolver, de la forma en la que a cada cual le valga, el qué carajo hacemos aquí en la vida. Y a poco que te pongas a indagar encuentras filosofías y corrientes de pensamiento que, teniendo en cuenta lo abstracto del asunto, se han esforzado en explicarlo de una forma más natural. Quizá tan natural como trató de hacerlo Jesús. Pero, por supuesto, no como trata de explicarlo la iglesia. Perdón, el cura de mi pueblo.
En cuanto a la idea de Dios, el taoísmo dice algo así como que “Hay una fuerza que mantiene y entretiene la vida; como no sé su nombre, le llamo TAO”. Me encanta: Mira, aquí hay vida y yo no me lo puedo ni explicar. Pero no hacen más que nacer, transcurrir  y morir cosas. Y yo no sé qué es ni por qué ocurre, así que me voy a inventar un nombre para todo Esto. Mismamente TAO. Y en Esto, estoy yo, estás tú y estamos todos.
Esa fuerza sería Dios. Y esa fuerza somos también todos nosotros y todo lo que pasa en el universo. Cuando el universo surgió del Big Bang, echando mano a esta teoría, los humanos no estábamos viéndolo en el cine ni escuchando la retransmisión que daban en la radio sobre el tema. Lo que quiera que seamos surgió también en ese momento, por lo que estamos hechos de la misma pasta que el TODO y, como si fuéramos hologramas, el TODO está contenido en nosotros. En nosotros está el TAO. Nosotros vivimos en ese TAO, en esa fuerza. En lo que la iglesia llama Dios. Y lo transmitimos o se transmite a través de nuestra capacidad de crear, entre otras cosas, vida.
¿Y lo del reino de Dios? ¿Qué habrá querido decir con el reino de Dios? Lo habrá repetido, y dale Perico al torno, unas cincuenta veces. Aquí yo sí habría levantado la mano si no fuera porque el respeto a la ceremonia era infinitamente más grande que mi perplejidad.
Intuyo que con lo del reino de Dios se refiere a vivir de acuerdo al TAO. A dejarse llevar por la corriente de la misma Vida. A participar de su transcurrir con suavidad, sin oposición, con comprensión ante los aconteceres; con la conciencia de que formamos y somos parte de este vastísimo TODO y que la única manera de alcanzar la verdadera felicidad es sumergirnos en ese transcurso sin resistencias, con ojos ávidos de experiencias y aprendizaje; aprovechando lo que el viaje nos depara y no queriendo aferrarnos a ninguna de las piedras que encontramos en el cauce, porque nos haríamos daño. A comprender que estamos de paso. A reír desde el corazón una vez que todo este juego esté comprendido. A, abandonando los personajes que creemos que somos, simplemente SER.
Qué se yo… no sé qué palabras habría de haber utilizado. Quizá lo de las palabras era lo de menos. Lo de más habría sido, en mi opinión, la verdadera voluntad de que el mensaje se entendiera y que eso se antepusiera al rito.
Pero es sólo mi opinión porque puede ser que yo fuera la única que no tenía claro lo que es Dios y su reino y todos los demás ya estuvieran de vuelta.
O quizá es que sea verdad eso de que no es demasiado interesante el promover que la gente se cuestione sobre sí misma. Porque, a mi entender, ese es el primer paso para alcanzar su verdadera Libertad. O acaso, el Reino de Dios.

Con el máximo respeto hacia personas que quiero y que ayer despedían a un ser muy querido.

(*) Buen intento el hacerlo desde aquí, hormiguita.


15 comentarios:

  1. En un blog se puede y se debe escribir de "to".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, si cuando vi que podía terminar el post y todo ya me quedé más tranquila.
      Muchas gracias por confirmármelo y por pasarte(se) por aquí. Es curioso porque fue hace unos días cuando descubrí su (tu) blog y me encantó el humor que supuran sus escritos.

      Eliminar
  2. Gracias por esta definicion deDios y de espiritualidad!
    El agua fluye!!!!! Y siempre escoge el camino correcto!!!
    Besos!
    Angelica

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene toda la pinta de que los que trabajamos con el agua tornaremos poco a poco a replicantes de Bruce Lee.
      Besazos grandes!

      Eliminar
  3. La visión taoísta es tan respetable como otras muchas, supongo. Pero en cualquier caso estamos ante un tema del cual no sabemos absolutamente nada y por esa misma razón podemos echarnos días y años filosofando. Yo creo que solo hay dos tipos de humanos: los creyentes y los que no lo son. En el primer grupo estarían los religiosos y los ateos (es decir, los que creen en un dios y los que creen que no hay nada). Y en el segundo los que, siguiendo la etimología griega, no saben qué decir porque el asunto les supera. Un servidor se apunta a este segundo grupo, y no le doy más vueltas desde hace años.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tantas personas como opciones de vivir la vida...
      Plantearse así a pelo las grandes preguntas es abrumador y, como dices, nos llevaría a pensar y filosofar probablemente desaprovechando un tiempo precioso (también creo que nos aburriríamos enseguida). Más bien creo que a todo esto se llega sin querer y desde otros lugares y planteamientos. Por el motivo que sea uno puede encontrarse buscando la forma de vivir mejor su propia vida y ésta, sin darse cuenta, le va llevando a otras muchas partes. Una de ellas pude ser a filosofías orientales que experimentan con la totalidad desde el minuto uno.
      Tratar de comprender todo esto desde la razón, filosofar, insisto en que es vano intento. En estos campos prima la intuición y, permítaseme quizá la cursilería, el corazón.
      Muchas gracias por su paseo por estos lares.

      Eliminar
  4. Me parto suavemente con tu definición meridiana de la enseñanza del Tao. Contigo me entero mucho mejor que con Lao-Tse. Dicho lo cual me pregunto: ¿qué estará esperando esta mujer para subirse a los púlpitos cual Pablo Iglesias a los platós y los plebiscitos?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues...let me see... a que la palabra púlpito pase de esdrújula a (adorable) llana y a que Joaquín Reyes adorne en vivo mis discursos... lo que pasa es que creo que está muy liado con el Wyoming.
      Muchos besazos!

      Eliminar
  5. Ommmmmmm!!!!!! La iglesia es otro mundo.

    ResponderEliminar
  6. Con la iglesia hemos topao!! ahí es ná...esto solo se puede arreglar tomando cervezas en el bar; y si eso algún que otro chuletón...que eso si que es estar en "la Gloria"; de Dios, de Tao, de la CHG, de la OPA...yo también te quiero ver en un púlpito!!! jajaja; aunque sea pa hacer unos monologuillos con Pablo Iglesias y Joaquín Reyes, jajaja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Déjate de púlpitos... ya es bastante el cansineo desde aquí.
      ¡A ver si actualizas tu Movember!
      Besos!

      Eliminar
    2. Creo que está actualizado...por lo menos ayer, jajaja.
      Besos más...

      Eliminar
  7. "no es demasiado interesante el promover que la gente se cuestione sobre sí misma", con esta frase lo dices todo querida.

    Las omilías no suelen ser mejores de lo que cuentas. Para la iglesia cristiana, todo gira en torno a la fe y para ellos la fe es creerte lo que te cuentan, sin más. Así que no necesitan explicarse mejor. Así les va.

    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues es verdad, ilusa de mi había olvidado el socorrido "Factor Fe". Así cualquiera se sube a un púlpito (ya que estamos con esas en los comentarios).
      Besos, Pensadora!!

      Eliminar

Comenta algo si te apetece: