jueves, 3 de abril de 2014

Calvas

- Anda hija, coge el peine y tápame un poco las calvas- me dice cansada, intentando atusarse con mano temblorosa la raquítica cabellera blanca a la que ya casi no se alcanza.
Yo me levanto de la silla en la que, diligentemente, cumplo mi rol de acompañante a turnos el tiempo que dure este nuevo ingreso.

Y mientras busco en su sencilla bolsa de aseo el peine de bebé que ahora usa, se me antoja que nunca esa palabra, en una frase, ha interpretado papel más digno.

4 comentarios:

  1. Lo mismo pienso de este post tuyo.
    Un beso.

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  2. La persona má buena eres...Que es lo mejor que se puede decir de una persona.

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