viernes, 21 de febrero de 2014

Conversaciones Internas. Part Two

Probablemente el camino de vuelta del trabajo no parezca, a priori, el mejor sitio para una epifanía, sin embargo la bici que iba sola, la brisa tan agradable en mi cara y la luz del día que merecería ser descrita por alguien más experto en literatura que yo, fueron suficientes para que se diera esa repentina calma mental y después… LA LUZ: La Idea que hacía que todo cobrara sentido. Por fin asía el cabo que me iba a permitir desmadejarme.
Pedaleo más rápido… que no se vaya, que no se vaya, la tengo que escribir… Llego sudando a casa, salto de la bici, subo las escaleras del piso dando tumbos y mientras sujeto las llaves con la boca, enciendo el ordenador con la mano que me queda libre porque la otra trata de liberarse del abrigo y la chaqueta.
El ordenador tarda más que nunca en emitir su NI NI NI NÍN de inicio. Por fin abro el Word y… la idea se ha esfumado.
O quizá siga ahí, pero estará en el centro de mi cabeza, palpitando asustada por la magnificencia de esas otras ideas grandotas que ahora la tapan. - No nos moverás -, le estarán diciendo a la pobre. - Llevamos aquí tanto tiempo que Laura ya no sabe lo que es vivir sin nosotras, mua ha ha ha há -.
Mi pequeña idea de luz se habrá acobardado, -yo soy una simple idea, no venía a quitar a nadie-, parece que le oigo decir. – Si, si, eso decís todas, pero después de las que son como tú, vienen muchas más. Que os reproducís como conejos-.
Pobre mía, algo gordo habrá querido desentrañar porque hasta su llegada, todas las demás llevaban un día bastante agitado. Las noto rebeldes, esta vez me va a costar que se vayan y hay que ser tajante. Manos a la obra:
- A ver, ¿qué queréis?, ¿de dónde venís?. Sé que en el fondo traéis un mensaje bueno. Tú misma, ¿qué te pasa?
- Nada, yo sólo represento lo que quieres y no haces
- Y ¿por qué te pareces a al fantasmita gordo de Casper, pero en feo?
- Eso dímelo tú. Yo sólo soy una entidad sin forma. Eres tú la que para representarme necesitas ponerme este aspecto. ¿Es que no te gusto?, ¿tanto te molesto que por eso me imaginas así de fea?
- (Es lista, la cabrona…)
- Oye, ¿qué pasa?, ¡que aquí ha llegado un pensamiento insultante!… ¡que me estoy enterando!
- Vale, perdona. Venga, dime por qué hoy estás tan grande y hermosa que no me dejas ver nada más
- Bueno, hoy has hecho un montón de cosas que van en contra de… esto, los jefes, ya sabes, tus Principios. Me han mandado a mí para que proteste.
- Oye, pues no es para tanto. Tampoco he hecho hoy tantas cosas como dices…
- Hombre, si te parece poco alimentar un sistema en el que no crees, aparentar interés por algo que te da igual, hablar con gente cercana utilizando frases hechas… ¡pues ya me dirás tú!
- Ya… bueno, reconozco que tienes razón. Lo que no pensaba es que eso iba a afectar tanto a mis Principios
- Pues se han enfadado, si
- Oye, y ya que estás ahí, ¿sabes cuándo va a aparecer El Pensamiento que me diga cuál es el siguiente paso?, ¿qué es lo próximo que toca?, ¿cómo lo abordo?.
- Pues eso creo que ya te lo hemos dicho mil veces: cuando seas totalmente coherente los Principios estarán calmados, yo descansaré, tú descansarás… y ahí es cuando vendrán las buenas ideas. Ya las veo de vez en cuando, que conste, pero es que hoy nos has puesto a todos de una mala leche que las pobres ni se acercan por aquí
- Bueno vale. Pero ya sabes que es difícil…
- ¿Tienes piernas?,
- Si
- ¿Tienes manos?,
- Esto…sí, ¿adónde quieres llegar?
- Pues que no veo ningún impedimento para la coherencia
- Ya pero mira, hay que tener los pies en la tierra y a veces hay que hacer cosas que a uno no le gus…
- Pues nada, ya sabes lo que toca, que es lo mismo que ha tocado desde que te diste cuenta de nuestra existencia
- Venga vale, me vas convenciendo. Tened paciencia. Es que tengo un poco de miedito.
- Ya te hemos dicho cien veces que lo que te mete miedo son unas ideas reptantes que no nos llegan ni a la suela de los zapatos. Vale que son pastosas, y que tardan en irse, pero son muy, muy pequeñas, que te lo digo yo
- Y…, la verdad es que tú también me pones un poquito nerviosa
- Para eso estoy, hija mía
- Bueno, pues nada, ¿cortamos?
- Sabes que no lo hacemos nunca
- Entonces, dejo ya de escribirlo, ¿no?
- Si, eso sí.

2 comentarios:

  1. Las ideas son todas, Todas, unas locas y unas chovinistas, cada cual tirando para su bando. Así que lo mejor quizás sea no darle demasiado pisto ni charla, porque se crecen de mala manera, y trabajar por conseguir la coherencia de los actos con respecto a los Principios.

    ¿Y qué me dices de la potencia de aprendizaje que guarda la incoherencia?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Absolutely!. Echando mano de la física, a mayor incoherencia, mayor es el gradiente y por tanto, mayor la fuerza impulsora que te manda de vuelta a tu camino. Lo que pasa que el empuje de esa fuerza se manifiesta de formas poco agradables: tristeza, rabia, ansia.. y si me apuras, cefaleas y gonorreas...

      Eliminar

Comenta algo si te apetece: